«Identical Twins»

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En los años 60 Diane Arbus trabaja en torno a lo que ella llama “parejas anómalas”.  En una de esas fotografías dos gemelas (inspiración futura de Kubrik en El Resplandor) se presentan como si se tratara del “juego de las diferencias”, de los dobles que extrañamente no se reconocen.

El espejo, con su capacidad de crear lugares duplicados y contradictorios donde la imagen invertida se hace confusa e incluso ilegible, produce espacios que no pueden ser habitados y que se activan por algo que está fuera de ellos y sin los que no tendrían sentido ni existencia.

La creación de un espacio interior (el reflejo) frente al exterior introduce la conciencia de ser observador y al mismo tiempo ser observado (lo que mira y es mirado). Para poder ser mirado y observado es necesario que el objeto se desdoble o duplique y que la presencia del sujeto sea permanente para que el doble no desaparezca.

El gemelo, el doble, sería el reflejo en el espejo (y por lo tanto con una cierta deformación) en donde el reconocimiento de lo propio en el otro es parcial y no acaba de gustarnos lo que vemos.

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